Diana Peñalver Denis, Carlos Sánchez Torrealba y el pianista Simón Arias Landaeta.

Desde un estudio virtual situado en Escandinopla, en el fin del mundo, transmite una añeja emisora: Trópico, en frecuencia moduladísima. Allí se reúnen cada cierto tiempo asiduos visitantes amigos junto a Lucha y Lucho, dos felices sobrevivientes de un naufragio, para evocar tiempos, para forjar sentidos y mejores itinerarios al compás de boleros, tangos, rumbas, rancheras y chachachá.
Les une la melancolía y un programa en especial: Y, con Ustedes, la nostalgia. Es así como, entre el buen yantar y el mejor libar, van sucediéndose canciones del recuerdo, comerciales de géneros imposibles, radioteatros tragicómicos y consejos para el buen amar. Todo en ambientes cambiables, gracias a la melosidad de las voces, los efectos sonoros en vivo y las palabras más hermosas del universomundo.
Esto es lo que se condensa en el ambiente cada vez que se juntan Diana Peñalver Denis, Carlos Sánchez Torrealba y el pianista Simón Arias Landaeta hasta alcanzar atmósferas donde la poesía se hace tangible y el buen humor vuela y baila con la brisa fresca.
Hay un proverbio que dice: Dios los cría y ellos se juntan. Este adagio aplica para Diana Peñalver Denis y Carlos Sánchez Torrealba, amigos y compañeros de oficio desde hace más de cuarenta años. Habría que sumar que la poesía y las artes les unen. Ya cantaban y hacían teatro cuando confluyeron en un escenario para seguir provocando sortilegios desde las tablas, conjurar a la maldad y cantarle juntos a la vida. Ambos estudiaron en la Escuela de Artes de la Universidad Central de Venezuela y, cada quien a su manera, ha seguido haciendo teatro, consecuentes con las poéticas de Constantin Stanislavski, Antonin Artaud, Jersy Grotowsky y Eugenio Barba. Han sido muchos los años de riesgo, tenacidad, gracia, caídas y alzadas para ir cosechando aplausos, efusivos comentarios de público, así como de la crítica especializada y hasta premios nacionales e internacionales en sus dilatadas carreras artísticas.
Ahora, Chile ha comenzado a disfrutar de la oportunidad de conocer su arte en este evento donde se combinan teatro y música, buen humor y picardía: Trópico Redondo. Un espectáculo músico-teatral con emociones al calor del bolero.
Teatros, auditorios de Ilustres Municipalidades, pubs, restaurantes y hasta casas de buena familia, han sido lugares de excepción para presentar este espectáculo. Ellos cantan donde les invitan y son bien recibidos, cuando entonces poesía y música se sazonarán para -al menos por un momento- cantar y olvidar los dolores, celebrar la vida y llevarse el alma plena de alegrías.
Trópico Redondo, un regalo para sus sentidos… porque ser humano sigue siendo una posibilidad.